El caso de Candela, la niña encontrada muerta el día 31 de agosto en Villa Tesei luego de 9 días de cautiverio, fue el tema central en todos los medios durante las últimas semanas.
En relación a esto, el tratamiento de los medios acerca del hecho generó fuertes polémicas y el rol que cumplió la prensa es puesto una vez más en tela de juicio. Así, diferentes voces manifestaron su opinión, en su mayoría critica.
Uno de los debates que se abrió es si el “circo mediático” en palabras de Aníbal Fernández favoreció o no al desenlace del hecho. Al respecto manifestó, al diario La nación, que fue “absolutamente perjudicial para la investigación” y criticó duramente a los medios, incluso responsabilizándolos del fracaso de la pesquisa. Además declaro: "Ha habido una sobre exposición de la situación, una multiplicación de voces y una gran cantidad de inventos”.
Por otro lado, Ernesto Espeche, director de la Carrera de Comunicación Social de la UNCuyo y director de Radio Nacional Mendoza, explicó a NU digital que los medios tienen la mala costumbre de apelar al morbo y este tipo de tratamiento excede las normas éticas de las coberturas periodísticas. Asimismo aclaró: “Los medios anticipan condenas o juicios acusatorios aun obstaculizando las investigaciones que se están haciendo y aun entorpeciéndolas. La condena mediática aparece mucho antes que la condena judicial”.
La mayoría opina que fue falta de ética periodística. Así lo hizo también Néstor Busso, presidente del Consejo Federal de Comunicación en declaraciones a Radio Provincia en las cuales sostuvo que el dilema está en dilucidar cuál es “el límite entre lo privado y lo público, si consideramos que la comunicación es un negocio, cualquier cosa es válida para captar al público y no hay ética, respeto a la intimidad y al derecho de las personas”. Añadió que ésto es consecuencia de que “de todo hay que hacer show”.
Asimismo, a través de las cartas de lectores, una enorme cantidad de gente expresó su repudio hacia lo ocurrido. La sociedad toda buscó expresar su punto de vista acerca del caso. Un ejemplo es el de Daniel Ciúffoli, que mediante una carta de lectores al diario Clarín, expuso lo siguiente: “El tratamiento que le dieron algunos medios televisivos, especialmente a la aparición del cuerpito de Candela, mostró el morbo siniestro de los responsables de noticias que por un punto más de rating ofrecieron un espectáculo espantoso. Dejen a Candela en paz. El dolor bien entendido debería pasar por sentirlo y respetar a esta criatura, no por exhibirlo cruelmente por televisión. Y mucho menos consumiendo semejantes envíos.” Nadie se privó de opinar acerca de este suceso, y el debate generado llama a la reflexión. Los medios de comunicación deben, a partir del el papel que cumplen en la sociedad, replantearse su actuación en este como en tantos otros casos. El poder de los medios es enorme y es por eso que deben actuar con responsabilidad y saber que su accionar puede impactar en la gente de forma irreversible. Por supuesto, la polémica queda abierta y opiniones de todo tipo van a seguir surgiendo en torno a esta discusión.
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