Al llegar la hora de las elecciones estudiantiles y el momento de votar, los estudiantes viven la situación de diferentes formas. Las opiniones y saberes de los alumnos independientes, que no se encuentran identificados ni ubicados en alguna agrupación, difieren de los criterios de los estudiantes que militan en las distintas agrupaciones.
De acuerdo a una encuesta realizada a numerosos alumnos de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, muchos de ellos, a la hora de votar, no tienen muy en claro qué es lo que realmente están votando. Simplemente eligen a la agrupación que, por ejemplo, más ayuda les brindó durante el año en diversas situaciones dentro de la facultad. Muchos no toman en cuenta la ideología política que cada una representa, si no que basándose sólo en los balances que cada agrupación presenta, se inclinan por el que mejor les parezca.
Por otro lado se encuentran los estudiantes militantes de las distintas agrupaciones, que tienen muy interiorizados asuntos relativos a las propuestas e ideologías de cada movimiento universitario, así como también conocen que, además de votar a un Centro de Estudiantes, se vota para Consejo Directivo.
Sin embargo, todos los alumnos coinciden en que las elecciones año a año son muy importantes, porque más allá de cuál sea la agrupación que gane, son quienes representan a todos los estudiantes frente a las autoridades, defendiendo los derechos de todos; son quienes elevan distintas propuestas que resultan beneficiosas para los estudiantes y quienes informan lo que pasa en la facultad en el transcurso del año.
Con respecto a la recepción de la información, la mayoría concuerda en que es una mezcla entre las explicaciones que brindan las distintas agrupaciones y lo que aprende cada uno por su cuenta, deducción propia y la ayuda de otros compañeros. También coinciden las opiniones de los alumnos independientes en relación a las campañas realizadas, las pintadas de carteles, etc. Se cree que, en muchos casos, es un tanto excesivo y molesto. La mayoría no se fijan en ellos y afirman que solo sirven para “hacer presencia”, no tanto para informar. De todos modos, se opina que un cartel tiene más llegada al alumno que un folleto, debido a que llaman la atención por sus colores y símbolos. Los folletos son considerados un desperdicio porque al repartirse en repetidas ocasiones el mismo, se vuelven cansadores y muchas veces ni siquiera son leídos. Otra opinión de muchos de los alumnos es que las campañas realizadas, en algunos casos llegan a un punto elevado de violencia y falta de respeto entre agrupaciones, dejando de hablar de los méritos y propuestas propias para dedicarse a la crítica de la oposición.
Martina Molina.
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